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Foto: www.instagram.com/barbarehlla_h

Nadadora chilena de aguas heladas Bárbara Hernández se convirtió en la primera sudamericana en lograr el desafío de los “Siete mares”

La campeona mundial en esta disciplina tardó seis años en completar la hazaña -que inició en 2018 en el Estrecho de Gibraltar entre Europa y África-, con el objetivo de crear conciencia para el cuidado del planeta.

24 de junio de 2024

En 2018 la nadadora chilena y campeona mundial en aguas heladas, Bárbara Hernández, comenzó su gran desafío: conquistar los siete mares ubicados en los cinco continentes, con el objetivo de crear conciencia para el cuidado del planeta. Seis años después, la llamada “sirena de hielo”, completó su gran hazaña convirtiéndose en la primera latinoamericana en lograrlo.

La nadadora chilena recibió su certificado en Japón, luego de cruzar el Estrecho de  Tsugaru en 11 horas y 36 minutos. Fueron casi 50 kilómetros en aguas abiertas a 12°C sin traje de neopreno y en un mar donde se podría encontrar con tiburones, medusas o serpientes marinas.

Al respecto, Bárbara Hernández, comentó en sus redes sociales “tuve tanto miedo de no terminar, de que me sacaran del agua. Una corriente favorable que jamás se entendió con el viento me tuvo peleando esa llegada casi 12 horas en aguas que cambiaron de temperatura, que terminé a 15°C con un frío de tanto tragar agua del mar y respirando cada 5-7 hasta 9 brazadas! Sube y baja, y a golpes por horas, pero muy atenta a no chocar con la embarcación”.

Para completar el desafío de los Siete Mares, comenzó su travesía en Estrecho de Gibraltar -ubicado entre Europa y África-  (15,1 km en 3h:05). En 2019, realizó el Canal de Catalina en California, Estados Unidos (33,7 km en 10h:11) y el Canal de la Mancha entre Inglaterra y Francia (34 km en 12h). En 2021, completó el Canal Molokai en las costas de Hawái (45 km en 15h:41) y en 2022, logró cruzar el Canal del Norte entre Irlanda y Escocia (34,5 km en 12h:8) y en 2023 el Estrecho de Cook en Nueva Zelanda (27 km en 7h:30).

Lo anterior fue tras seis años y un entrenamiento físico y mental, donde, según cuenta la deportista, tuvo que lograr tolerar todo el dolor, cansancio, frustración e hipotermia que significó, pero debía estar preparada para enfrentar estos cruces los que comentó eran los más complejos del mundo.

«Son el símil de las siete cumbres del montañismo y terminar cada una de ellas. Es como subir el Everest sin oxígeno. Hay un reglamento súper estricto donde uno jamás puede descansar», finalizó la Sirena de Hielo.




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